Automatización contractual del arrendamiento
El mercado de arrendamiento comercial en México asciende a USD 31.1 millones para 2024, desde locales en centros comerciales hasta oficinas corporativas y naves industriales. Sin embargo, la escalabilidad de este mercado enfrenta retos constantes respecto al contrato de arrendamiento: incumplimiento en pagos, arrendatarios con antecedentes legales o financieros riesgosos y procesos manuales de seguimiento.
Ante esta realidad, cada vez más empresas están adoptando plataformas de Contract Lifecycle Management (CLM) y automatización contractual integradas con background check para blindar sus operaciones.
Un CLM especializado permite automatizar la redacción y gestión del contrato de arrendamiento comercial, con plantillas estandarizadas, flujos de aprobación internos, control de vencimientos y recordatorios automáticos de pago o renovación. Además, ofrece trazabilidad en cada modificación, evitando disputas posteriores entre arrendador y arrendatario.
Por otro lado, los módulos de background check añaden una capa de seguridad crítica: verificación de identidad digital, consulta en listas negras internacionales, SAT 69, 69-B, identidad digital, antecedentes legales, laborales y fiscales en México, historial crediticio y reputación digital. Esto ayuda a los propietarios y empresas a seleccionar arrendatarios confiables antes de firmar un contrato, reduciendo significativamente los riesgos de impago o litigios.


El contrato de arrendamiento comercial se encuentra contemplado en las diferentes legislaciones como código de comercio, ley de firma avanzada y NOM-151 entre otras, las cuales permiten firmar digitalmente con plena validez legal. Otra razón que permite a las organizaciones reducir tiempos y costos en los procesos de firmado, evitando que los límites físicos impidan la concreción de los acuerdos.
Especialistas coinciden en que la combinación de CLM + background check puede convertirse en un estándar en el mercado inmobiliario corporativo. Con estas herramientas, los contratos de arrendamiento dejan de ser solo un papel firmado y se transforman en activos digitales vivos, que ofrecen seguridad jurídica, transparencia y eficiencia a largo plazo.









